El negocio de los famosos en primera fila
De 15/7/14
El negocio de los famosos en primera fila
Los vestidos de la colección que Donatella Versace presentó en París el 6 de julio ocuparon páginas y minutos de televisión en todo el mundo.
Casi tantos como la imagen de la cantante Jennifer López sentada en la primera fila de su desfile. Porque lo que sucede a los pies de la pasarela concita a veces más interés que lo que pasa sobre ella. Y, casi siempre, hace que se hable del evento en medios distintos de los especializados. Una labor que las celebritis prestan cada vez menos por amistad o amor al arte (de la aguja) y cada vez más por dinero.
Desde los 36.000 que exigiría la actriz Blake Livevly, hasta la tarifa de 75.000 euros que maneja Beyoncé y que Rihanna cobró en 2012 por sentarse durante 20 minutos a ver pasar diseños de Chanel, tal y como recoge Business Insider.
Que la presencia de famosos en el llamado front row constituye una herramienta de márketing fundamental para la industria de la moda no es algo nuevo.
Pero sí la velocidad a la que crece y se profesionaliza este fenómeno, como ha quedado patente en la última semana de la alta costura francesa. Finalizada el pasado viernes, en ella se ha medido no solo el talento estético si no también la capacidad de convocatoria de los diseñadores. El modista retirado Valentino Garavani llevó de la mano a la celebridad catódica Kim Kardashian, la intérprete británica Emma Watson y a la ganadora de Eurovisión Conchita Wurst al desfile de su marca. Armani Privé consiguió reunir a las actrices Kate Hudson y Chloe Moretz.
Casi tantos como la imagen de la cantante Jennifer López sentada en la primera fila de su desfile. Porque lo que sucede a los pies de la pasarela concita a veces más interés que lo que pasa sobre ella. Y, casi siempre, hace que se hable del evento en medios distintos de los especializados. Una labor que las celebritis prestan cada vez menos por amistad o amor al arte (de la aguja) y cada vez más por dinero.
Desde los 36.000 que exigiría la actriz Blake Livevly, hasta la tarifa de 75.000 euros que maneja Beyoncé y que Rihanna cobró en 2012 por sentarse durante 20 minutos a ver pasar diseños de Chanel, tal y como recoge Business Insider.
Que la presencia de famosos en el llamado front row constituye una herramienta de márketing fundamental para la industria de la moda no es algo nuevo.
Pero sí la velocidad a la que crece y se profesionaliza este fenómeno, como ha quedado patente en la última semana de la alta costura francesa. Finalizada el pasado viernes, en ella se ha medido no solo el talento estético si no también la capacidad de convocatoria de los diseñadores. El modista retirado Valentino Garavani llevó de la mano a la celebridad catódica Kim Kardashian, la intérprete británica Emma Watson y a la ganadora de Eurovisión Conchita Wurst al desfile de su marca. Armani Privé consiguió reunir a las actrices Kate Hudson y Chloe Moretz.
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