La cantante mallorquina acaba de publicar su sexto álbum, titulado «La noche más larga»

Mientras habla, mira fijamente a los ojos de su interlocutor, porque siente que lo que dice es importante. Así, a base de bellas sentencias, Buika va describiendo el infinito amor que siente hacia su profesión: «Lo nuestro es una misión, no un deseo o un ego. Cuando me preguntan que cuándo decidí ser cantante... no es un “quisiste”, es un tengo que hacerlo. Porque si tú descubres que tienes una herramienta que sirve para curar el corazón, no puedes negarte. No puedes decir hoy no me apetece».
Buika: «La música es una misión, no un deseo»

La cantante mallorquina acaba de publicar su sexto álbum, titulado «La noche más larga» (Warner). En él combina versiones como «Siboney» o «Ne me quitte pas» con canciones propias, como «Los solos». Y combina autores como Abbey Lincoln o Fito Páez, y músicas como la cubana, el jazz o el flamenco, todo ello filtrado por su voz aterciopelada y profunda, en un viaje musical que se mueve por las coordenadas del espacio y el tiempo: «Creo que esa información está en todos nosotros, la llevamos dentro, porque el ser humano lleva muchos siglos caminando y luchando, y eso nos permite hacer esos viajes, ir al cielo y al infierno».

En cuanto a las versiones seleccionadas, matiza que «no es que escoja los temas, sino que escoges sentimientos que te acompañan en ese momento, o canciones que dicen lo que tú necesitas decir».

Se trata de un disco que, según leemos en la hoja de promoción, supone «un bonito adiós y un maravilloso saludo de bienvenida». «Significa que ya le he dicho adiós a una manera de trabajar, y es un bonito adiós porque es esa forma concreta a mí me ha dado muy buenos resultados, hice cosas muy lindas. Y le doy la bienvenida a una nueva manera de trabajar y de vivir la música, desde otra perspectiva, desde otra sensación», comenta.

Esta nueva travesía se traduce, por ejemplo, en tomar con más fuerza las riendas de su carrera: «El disco lo produje yo con la ayuda de Iván “Melón” Lewis y de Ramón Porrina, que son dos genios maravillosos. Yo estaba acostumbrada a trabajar así con cosas más personales, pero no con los discos que estaba publicando. Y me ha gustado mucho la experiencia, y creo que así me voy a quedar».

Recordando sus comienzos, con un álbum homónimo que tuvo escasa repercusión, nos comenta que hay cierto paralelismo con el momento actual: «He hecho un regreso al principio. Pero es una cosa un poco extraña, porque más que volver, he ido en dirección al principio, porque a veces para regresar a los sitios hay que ir, no hay que volver. Digamos que la inocencia, que fue la puerta de entrada, también era la puerta de salida. Al final, lo que hacemos muchos es una especie de carrera hacia la inocencia otra vez, hacia una inocencia que se puede vivir de forma más constructiva».

Fuente: www.abc.es