Rebeca Medina, coach actoral, nos cuenta todo sobre su trabajo en los sets de rodaje

Rebeca Medina, coach actoral, nos cuenta todo sobre su trabajo en los sets de rodaje

Rebeca Medina, coach actoral, nos cuenta todo sobre su trabajo en los sets de rodaje

Hola Rebeca, ¿puedes contarnos cómo llegaste a convertirte en coach actoral?

Rebeca Medina:  Todo empezó cuando comencé a impartir clases de interpretación en diferentes escuelas de artes escénicas y a realizar montajes de teatro cada trimestre. Parece ser que sorprendía ver cómo los alumnos/as evolucionaban notablemente en la calidad de sus interpretaciones. Me fueron recomendando aquí y allí y eso me llevó a la dirección actoral en el montaje de "33, el musical". Posteriormente se me presentó la oportunidad de realizar el coaching de los actores que intervenían en la película "Malasaña 32" para Bambú producciones. Fue un verdadero reto ya que con cada actor tenía que realizar un trabajo específico para preparar su papel. A partir de aquí, tanto las productoras como compañeros/as te vuelven a llamar y recomendar para otros proyectos.

-¿Cuál es tu formación? 

RM: Comencé mi formación la RESAD en la especialidad de interpretación textual. Al terminar continué con estudios de interpretación audiovisual en lo que hoy es el Instituto del Cine. Más tarde, me regalé un Máster en Historia del Drama en la Universidad de Alcalá de Henares y, bajo la dirección de José Luís Gómez, completé mi formación en el Teatro de La Abadía.  Además, he realizado cursos y talleres con profesionales como Mariano Barroso, Fernando Colomo, Claudio Tolcachir, Owen Horsley, entre muchos otros. 

-Has trabajado para importantes producciones de cine,  TV y teatro (como "Veneno", "Grease, el musical", entre muchas otras). ¿Por qué los actores y actrices pueden potenciar su interpretación de la mano de un coach?

RM: Un coach brinda las herramientas necesarias para ayudar al actor a mejorar en el aspecto interpretativo concreto que necesita, motivándolo y aportándole confianza para que así pueda desarrollar sus habilidades. El proceso de coaching es una herramienta fundamental para provocar cambios de manera rápida y perdurable en un actor. Así que el coach se convierte en una llave que abre todo su potencial y le ayuda a descubrir cómo mostrarlo.

Pone orden a los miedos e inseguridades que le impiden trabajar de forma auténtica, con verdad y honestidad, y que en muchas ocasiones lo pueden llevar a hacer falsas imitaciones de los sentimientos, impidiendo que su talento natural fluya. Un buen coach comprende el viaje del actor y puede comunicarse con ellos rápidamente. Un entrenador los preparará de antemano mientras el director se dedica a diseñar la secuencia. 

-¿Qué técnicas utilizas con los artistas para lograr este objetivo?

RM: Cada proyecto, cada situación, cada actor es único e irrepetible, así que tener un buen arsenal de recursos es imprescindible. A través de ejercicios psicofísicos trabajo la acción en la palabra y el cuerpo de cara a vivir la verdad en la interpretación. Se trata de crear un mapa donde encontrar nuestro propio camino a través de los sentidos, impulsos y emociones de manera genuina, no forzada.

De activar la atención y escucha en el momento presente para permitir la libertad del impulso orgánico para ser honestos en nuestro trabajo. Desarrollar la imaginación como estímulo de nuestros sentidos a través del trabajo de atmósferas, energías, centros energéticos, calidades del movimiento tanto interno como externo.

-Has trabajando también con niños, ¿cómo es la experiencia de coachear a los intérpretes más jóvenes? 

RM: Es muy diferente trabajar con niños que con adultos. Con un niño es imprescindible mantener la atmósfera de juego y confianza durante todo el rodaje aunque tenga que enfrentarse a la secuencia más dura y terrible, como ocurría en “Malasaña 32”. Una película de terror donde Iván (un niño de 6 años) tenía que enfrentarse a un monstruo horrible (Javier Botet). 

En este caso, la preocupación de la productora era que el niño pudiese sentir tanto miedo que ya no quisiera volver al rodaje al día siguiente, dejando colgada a la producción.  Trabajar con niños supone potenciar la creatividad al mil por mil. Todo el trabajo técnico hay que traducirlo al mundo del juego para que el niño no solo entienda lo que vamos a hacer sino crear en él el deseo de lanzarse a participar a tope.

-Los nervios hacen que muchos actores y actrices no logren pasar con éxito sus castings. ¿Qué consejo le darías a ellos/as? 

RM: Los nervios en un casting son normales y en muchas ocasiones hasta buenos, si se saben gestionar. Lo más importante es llegar preparado a la prueba. Si preparas bien todo el material relacionado con el personaje que te toca interpretar y tienes la perfecta memorización del texto para que te deje llevar la escena a un lugar donde parezca que fluye de manera natural y te permita estar libre para escuchar y reaccionar con verdad, habrás reducido el miedo a lo desconocido tanto como es posible. Y, en este caso, debería quedar una cantidad saludable de energía nerviosa, energía útil que puede canalizarse en la actuación.  Volviendo al tema de los nervios, es muy importante tener siempre presente que todo el mundo que está presente en una prueba se encuentra ahí para conseguir que el actor ofrezca su mejor interpretación. Hay que intentar no sentirse intimidado por nadie.   

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