Entrevista a David Ambit, profesional de los efectos especiales desde hace 15 años

Hola, David eres un profesional de los efectos especiales desde hace 15 años, pero nos gustaría que nos lo contaras tú mismo... ¿quién es David Ambit?

Nací hace 40 años y sufrí de pleno el bombardeo de películas clásicas de los años 80 como Tiburón, Los Goonies, Pesadilla en Elm Street, Start Wars, Alien, Regreso al futuro... Todas estas películas tienen en común efectos especiales de maquillaje que a mí me volvían loco de niño y me pasaba el tiempo modelando en plastilina. ¡Recuerdo con 8 años hacer el fantasma de Cazafantasmas!

En esa época no teníamos las herramientas, smartphones o internet, para informarnos y no había escuelas de efectos especiales por lo que todos los que empezamos en aquella época fuimos autodidactas. Recuerdo ir a la calle Luna en Madrid o la zona cercana al Arco de Triunfo en Barcelona donde nos reuníamos la gente "freaky" y comprábamos fancines y cómics para seguir de cerca a los maquilladores de la época como Tom Savini y así nos íbamos ilusionando cada vez más con esta profesión. 

Así fueron mis comienzos y después, hace 15 años, me lancé de lleno y creé mi propio estudio, Inside FX, en el que junto a mi equipo, nos especializamos en maquillaje de caracterización y réplicas humanas.

Comenzaste en esta profesión de manera autodidacta, ¿puedes contarnos cómo fueron tus inicios?

En esa época no había lugares para formarse por lo que las ganas y curiosidad fueron las que me llevaron a experimentar constantemente. Casualmente con 19 conocí a gente del entorno del cine y televisión, en esa época era el técnico más joven y venía con cosas nuevas y la gente de la "old school" era un poco reacia. Pero poco a poco, haciendo los efectos a mi manera y trabajando duro creando efectos muy finos y orgánicos, me fui abriendo hueco en la profesión.

El trabajo de un técnico de efectos especiales no empieza el día del rodaje sino mucho antes, ¿podrías contarnos cómo es el proceso desde que recibís un encargo?

Normalmente a los técnicos de efectos de maquillaje se nos propone algo que está en el guión y a partir de ahí hacemos el presupuesto y si encaja, llamamos al actor y le hacemos una copia exacta de su cara en escayola. Con esta muestra, modelamos encima las partes que queremos alterar, primero con plastilina y después tras un proceso de sustitución de materiales, conseguimos unas prótesis de silicona. La silicona es un material que parece carne ya que tiene la misma viscosidad y además no es pegajoso por lo que, tras pegarlo y maquillar al actor, el resultado es imperceptible sobre la piel, realmente no se sabe donde termina la prótesis y empieza la piel.

En cuanto al tiempo depende del proyecto, pero en general nuestro trabajo empieza entorno a un mes y medio antes del rodaje. Además las prótesis no se reutilizan por lo que hay que hacer tantas como días de rodaje, más alguna de más por si acaso. También hay que tener en cuenta que si tenemos que cambiar toda la cara de un actor, el tiempo que tardamos para maquillarlo es de 4 ó 5 horas, y tras el rodaje, unos 45 minutos para desmaquillarlo.

¿Qué tipos de materiales utilizáis en vuestro estudio?   

La verdad es que utilizamos un montón. Como decía anteriormente, las siliconas las utilizamos para las prótesis, pero si tenemos que hacer un cuerpo completo la silicona es un material muy pesado por lo que no sirve, en ese caso utilizaríamos espuma de látex o espuma de poliuretano. También utilizamos látex clásico y para los moldes resina o escayola. Para los maquillajes también utilizamos muchos productos diversos. Antes de empezar un proyecto nos reunimos y pensamos qué materiales podemos utilizar según el presupuesto.

¿Qué es para ti lo más duro y lo más gratificante de tu profesión?

Lo más duro es convencer al cliente de que tiene que invertir para conseguir un buen resultado. Los clientes siempre intentan pelear los precios pero realmente tienen que entender que lo que les ofrecemos son los mejores materiales para el mejor resultado. No se trata de una cuestión de ganancia, lo que encarece el presupuesto son los productos por lo que muchas veces hay que hacer pedagogía en este sentido. En varias ocasiones hemos rechazado trabajos porque sabemos que el resultado no va a ser óptimo... ¡Es más duro que los madrugones!

También añadiría que rodar fuera de casa es muy complicado, siendo papá de 3 niños se echa mucho de menos la vida familiar durante las semanas o meses de rodaje.

En cuanto a lo más gratificante de mi trabajo, es que alguien venga y te dé una palmadita en el hombro y te diga "madre mía qué maravilla, cómo ha quedado de chulo". El conseguir superar un reto y que los demás lo aprecien es sin duda lo más gratificante.

Quizás uno de tus trabajos más célebres hasta la fecha es la saga de terror REC pero, ¿cuál es el que recuerdas con más cariño?

REC fue una saga de 4 películas que dio mucho trabajo, pero realmente recuerdo con cariño la primera de ellas. Al principio no sabíamos si se iba a estrenar siquiera, surgió como una historia entre amigos, Paco Plaza y Jaume Balagueró, e inicialmente se iba a rodar con 2 móviles. La ilusión del equipo por hacer algo que no se había hecho antes aquí hizo que todos nos involucráramos muchísimo. Recuerdo hacer turnos por las noches para preparar las prótesis a tiempo para el rodaje. Fue un trabajo muy creativo, se iban inventando cosas a diario, incluso el monstruo final se definió cuando faltaba solo una semana para rodarlo. Fue mucho trabajo de pruebas e improvisación que lo recuerdo con mucho cariño.

¿Y cuál ha sido el maquillaje que has tardado más tiempo en crear?

Para la serie Fariña, teníamos que recrear la imagen de Sito Miñanco con 60 años interpretado por el actor Javier Rey. Fue un trabajo de 2 meses porque teníamos que crear la imagen de una persona que ya existe y el reto era hacer que se parecieran, de manera muy natural. Teníamos que conseguir envejecer al personaje pero no demasiado, ya que era una persona de 60 años y no de 80, y también engordarlo porque Sito Miñanco salió de la cárcel con varios kilos de más.

Además de montar tu propia empresa eres profesor, ¿qué importancia le das a la formación?  

La formación tiene muchísima importancia. Creo que después del esfuerzo que conlleva dedicarse a esto, lo más justo es compartir lo que sabes para que no se pierda una vez que nosotros dejemos la profesión. Es importante que la gente deje de pensar en sí misma y coja lo que nosotros hemos hecho y lo puedan mejorar, así como nosotros hicimos en su momento. Considero que es así como todo avanza: compartiendo. Para conseguir algo no hace falta más que la ilusión y el esfuerzo. Para mí ésto es una teoría en la vida e intento transmitirlo a los alumnos. 

En cuanto al trabajo de maquillador de efectos especiales, es muy importante trabajar en equipo y tener una actitud observadora en todo lo que nos rodea.

Por último, ¿podrías darnos un consejo para los artistas a los que les gustaría seguir tu trayectoria? 

Yo les diría que lo hagan con toda la ilusión del mundo, marcándose pequeños objetivos. Es una profesión muy bonita que te da muchísimas alegrías, también te da muchas noche de insomnio y noches trabajando... Pero es una profesión para disfrutarla. También me gustaría añadir que sean honrados y que siempre expresen cómo se sienten con las personas con las que trabajan.